jueves, 11 de septiembre de 2014

AMET - Rufio Fernández saluda a los maestros. La misión sagrada de educar

Queridos colegas: Sin docentes no tendríamos futuro. Y no quiero hacer frases hechas ni de compromiso, sino decirles una verdad que se merecen escuchar con sinceridad de quien tiene el honor de representarlos en AMET. Es el Día del Maestro y es momento propicio para expresar lo que sentimos no solamente en esta fecha, sino todo el año, en cada acción que llevamos a cabo para defender los derechos del trabajador de la educación y en reconocimiento por el esfuerzo que realizamos cada día, frente al aula.

Nada hay más gratificante, pero tampoco desgastante, que conducir un grupo de niños o adolescentes hacia el conocimiento en un salón de clases donde afloran todo tipo de realidades, desde problemas sociales vinculados con la pobreza hasta situaciones de violencia familiar en las que los docente siempre terminamos oficiando de catalizadores.

Los maestros entregamos parte de nuestro ser en cada explicación. Volcamos energía vital indispensable para que nuestro alumno adquiera herramientas con las que saldrá a ganarse la vida en un mundo donde ya nadie les acariciará la cabeza para enseñarles algo.

Allí reside el valor sagrado de la misión educadora. En especial porque los docentes también somos madres o padres de familia y después de darlo todo en el aula regresamos al hogar para dedicarnos a los propios hijos para seguir haciendo exactamente lo mismo que hicimos en el trabajo: formar mejores personas para un futuro mejor.

Por todo eso, nuestro compromiso de luchar por nuestros derechos siempre, en todo momento y en todo lugar.

Y una palabra que es el mejor homenaje: GRACIAS.

Rufino Fernández
Secretario General de AMET

No hay comentarios:

Publicar un comentario