lunes, 27 de febrero de 2017

Maestros defienden su profesión y critican la falta de interés de las familias y del Estado

El paro nacional del 6 y 7 de marzo que retrasa el inicio de clases colocó en el eje del debate al sector docente. Hubo voluntarios para reemplazarlos. Un grupo de profesoras en Educación Inicial dialogó con El Litoral y remarcó la falta de colaboración de los padres y del gobierno para optimizar su labor.

ESCUELAS. Docentes hablaron de las críticas a su profesión y del trabajo diario. (Foto ilustrativa).

Por: CLARISE SANCHEZ SOLOAGA
csanchez@ellitoral.com.ar

El anuncio del paro nacional de cinco gremios docentes con representación en todo el país (Sadop, CEA, Amet, UDA y Ctera) para el 6 y 7 de marzo, en rechazo de “los topes salariales” y a “la negativa oficial a discutir paritarias nacionales” puso nuevamente en el eje del debate al sector docente. Este año, a diferencia de otros, el trabajo de los maestros fue “ninguneado” por algunos y cuestionaron desde las horas que están frente a los chicos hasta el período vacacional que tienen. Por si esto fuera poco, en las redes sociales hubo una iniciativa que generó aún más polémica, cientos de personas se ofrecieron como voluntarios para dar clases en la provincia de Buenos Aires durante la huelga general de 48 horas.
Algunos de los que están en contra del paro sostienen que “se perjudica a los chicos” y por ello ofrecieron su tiempo. 
“El pobre fue contra el más pobre”, dijo un periodista en un programa televisivo graficando lo que significó la respuesta de una gran parte de la sociedad que fue contra la persona que forma a todos los profesionales del mañana. El docente hoy no cobra más de 10 mil pesos en la mayoría de las provincias y por un legítimo pedido fue señalado por muchos. 
En este marco, El Litoral dialogó con maestros de escuelas públicas de la ciudad de Corrientes, quienes recordaron la tarea del docente y a qué situaciones se deben enfrentar de forma diaria por “la falta de compromiso de los padres y también del Estado”. Casos de abuso sexual, violencia intrafamiliar, niños que no están alimentados o vestidos, falta de colaboración de parte de autoridades frente a situaciones problemáticas y una infraestructura en crisis son algunos de los problemas que deben ir solucionando mientras dan clases, piden a los alumnos que presten atención en la clase, tratan de que no haya peleas entre ellos, corrigen exámenes o tareas, preparan actividades especiales o llenan alguna planilla que pide la directora. 

¿Cuál es la función del maestro?
Cecilia González (Esc. Nº 290, más de 20 años de servicio): La tarea del docente va más allá de las cuatro horas. Estamos formando a los niños, no sólo estamos dando contenido. La función docente está banalizada, mal vista, no saben que sin la tarea del docente no se puede llegar a ningún nivel de conocimiento superior. Esta desvalorización es toda una cadena que llega hasta los institutos docentes donde muchos estudiantes sólo buscan en la docencia una salida laboral rápida. 
Karina Yamús (Hogar Escuela, 5 años de docencia): Muchos creen que son sólo cuatro horas de trabajo, pero nuestra tarea no termina en la escuela. Se presenta todo tipo de problemáticas que hay que afrontar sin apoyo de los padres. Tenés que ser mamá, psicóloga, enfermera, todo lo que necesita el niño. 
Zunilda del Valle (Esc. N° 155, 28 años como maestra): Nuestra tarea docente muchas veces se ve estancada por la falta de compromiso de los padres, no nos acompañan. Está muy desgastada también, en algunos casos, por la falta de interés de los directivos. La idea es dar herramientas a los niños para que se puedan expresar, pero están creciendo en una sociedad que no invierte en ellos. 
Karina Rodríguez (Esc. Belgrano, más de 20 años de servicio): Siempre la premisa es que se trabaja pocas horas, pero tenemos que tener una preparación especial para educar y hoy en día no sólo se enseña el contenido formal, también valores comunes. Enseñamos normas de convivencia porque hoy nadie respeta a nadie. Es un trabajo muy duro, motivarlos para aprender los valores que son fundamentales para la vida. 
Silvia Muñoz (Jardín N° 5, 27 años frente al grado): La tarea básica es enseñar pero va más allá de eso. Hay docentes que trabajan por vocación y otros que no. En la escuela pública, hoy en día, lo único que nos da el Estado es el edificio, todo lo demás conseguimos los docentes a veces con ayuda de los padres. Algunos maestros vienen por el sueldo que cobran y sólo dan clases sin esfuerzos, pero tenemos que tratar de dejar los problemas afuera y enseñar con vocación. 

¿A qué desafíos deben enfrentarse hoy?
Zunilda: Todos los días tenemos nuevos desafíos. Hoy debemos enfrentarnos a la falta de compromiso de los alumnos y también de los padres. Mi trabajo me gusta muchísimo, pero te encontras con cosas que te desilusionan, uno quiere que los niños mejoren, pero falta que los padres acompañen. Con el tema infraestructura, las soluciones llegan después. Faltan salones o son muy chicos. 
K. Yamus: Tenía un alumno con dislexia y los padres no querían asumir esta situación, el niño repitió y se enojaron. Una compañera tenía un alumno autista y si bien tenía una maestra especial, no es fácil. Trabajamos con pocas herramientas, no nos capacitan para esto, no nos forman para casos particulares, deberían hacerlo. En muchas escuelas hay sobrepoblación de chicos y apenas tienen un ventilador en el grado, más de 30 alumnos sin un aire acondicionado. 

Cecilia: La sociedad transfiere a la escuela muchas funciones que no le corresponde cumplirlas. Deposita, por ejemplo, los comedores escolares. Los padres tienen funciones inherentes e intransferibles. La tarea del docente va más allá de las cuatro horas. Hablamos mucho sobre la violencia de género en las aulas porque hay una desvalorización de la mujer en la familia que hace una generación atrás no pasaba. Lo que se consume desde la cuna es difícil de cambiar. Hay infinidad de niños con problemas cognitivos que lo tratamos y te confirmo que hay resultados positivos, por ellos seguimos en pie de guerra.
K. Romero: La diferencia entre enseñar en una escuela pública y una privada es abismal. En la pública, la comunidad y el nivel educativo es diferente, esto tiene que ver mucho con las exigencias del maestro y del directivo. El año pasado comencé a trabajar en la escuela Belgrano y con los padres juntamos dinero y pintamos el salón, arreglamos el ventilador, cambiamos los vidrios rotos de todas las ventanas para que los chicos estén en un buen lugar físico. Este año ya se están haciendo otras cosas en la institución para mejorarla. 
Silvia: Mi escuela está bien mantenida por la tarea de los maestros, directivos y tutores. Conozco otros casos en los que ni siquiera tienen luz y agua, sólo un ventilador con 40 chicos en el aula. 

¿Qué piensa de las críticas al paro?
K. Romero: Se recae siempre en lo mismo. El reclamo apuntó siempre a lo salarial, a que la remuneración esté acorde a nuestra tarea que no se ve, no es tangible y por eso recibimos muchas críticas. La imagen del maestro está muy deteriorada. 
Cecilia: Es más de lo mismo, no nos sorprende. Soy maestra por vocación, compro de mis bolsillos hasta zapatillas, ropa y remedios, y esas cosas no ven. Las fotocopias las pagamos nosotros y muchas veces pido ayuda a mis colegas de escuelas privadas para ayudar a un chico, también me dan ropa para mis alumnitos de la pública. La situación es realmente indignante. 
K. Yamus: Me da mucha bronca, la gente habla sin conocer lo que sucede en una escuela pública. Nos dicen “porqué se quejan si tienen tres meses de vacaciones”, nosotros hasta el 29 de diciembre fuimos a la escuela y los primeros días de febrero ya nos presentamos. Te duele que los bancarios o judiciales hagan paro y al día siguiente tengan respuestas. A nosotros nos ofrecieron un aumento del 18 por ciento en cuotas, un 100 pesos. Yo no tengo familia, pero pienso en mis colegas que sí tienen hijos y molesta la respuesta del Estado frente al reclamo de los maestros. 
Zunilda: No conocen del tema y por eso hablan. En este momento es el único medio que tenemos para que nos escuchen. Me adhiero al paro por mi situación y la de mis colegas. Quiero trabajar, me gusta mucho mi trabajo, pero lo quiero hacer en buenas condiciones. 
Fuente: EL LITORAL

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