lunes, 9 de febrero de 2015

Chicos especiales se preparan para poder ingresar a la primaria y completar ciclos.

El año pasado seis jóvenes terminaron el primer ciclo de la primaria y este ciclo esperan completar el segundo.

Varios son los proyectos pedagógicos que llevan adelante a pulmón y con el apoyo de instituciones educativas, desde la Asociación “Angeles de mi Tierra”. El año pasado, seis chicos especiales pudieron completar el primer ciclo de la primaria (1º, 2º y 3º año) en la Escuela para Adultos Nº 6. Para este ciclo lectivo, los jóvenes se aprestan a continuar su preparación para el segundo ciclo.
“Los chicos ya son alumnos de la escuela. Están como alumnos libres. Esto les ha cambiado la calidad de vida. Tienen otro nivel de percepción, de conexión con el mundo”, dijo a El Litoral la secretaria de la asociación, Delia Vandecaveye, quien destacó el apoyo de la escuela Nº 6 y la asesoría pedagógica de la profesora del IFD Nº 1, Graciela Robles, quien junto a sus alumnas, acompañan en la preparación de los alumnos para que puedan rendir las materias.
La mamá no obstante, aclaró que la formación consiste en brindarles herramientas mínimas a los chicos para que puedan orientarse. Algunas de estas son conocer los números, aprender a leer, identificar las fechas, las calles, inclusive la provincia y el país. 
Esto es un gran logro para los padres que se esfuerzan en dar una mayor posibilidad de autonomía a  sus chicos, así como a fomentar mayores habilidades y conocimientos. “A los 18 años de mi hija puedo decir con orgullo que aprendió a leer y a escribir”, manifestó Delia.
Mientras que el primer grupo se prepara para completar el segundo ciclo (4º y 5º año) de la primaria, un segundo participará este año de las clases de apoyo escolar para realizar el mismo trayecto que sus antecesores, con ayuda de futuros docentes del IFD Nº 1. Son aproximadamente seis los alumnos de distintas edades con síndrome de down y retraso cognitivo que se encuentran en esta etapa.
Otro de los desafíos pedagógicos para este año es el ingreso de dos niños con síndrome de down a la Escuela Primaria Nº 10. Se trata de una experiencia de inclusión pedagógica. Este año, Aaron y Milagro, concurrirán por la mañana a una institución común y por la tarde a una especial. Los chicos ya están preparándose para ir a clases en marzo.
No es la primera vez que la institución participa de un proyecto de inclusión. Martiniano, un nene con síndrome de down ya pasó a tercer año y es el orgullo de su mamá.
Por otra parte, desde Angeles de mi Tierra señalaron la necesidad de contar con una sede propia. “Estamos muy agradecidos a la sede partidaria del Partido Autonomista que nos presta sus instalaciones. Cuando vamos con los chicos ya nos esperan con el aire acondicionado encendido y eso habla de la calidad y amabilidad para con nosotros”, expresó Vandecaveye.
Fuente: EL LITORAL

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