Hace casi 30 años que Harold Fores abrió sus puertas para que los chicos especiales aprendan oficios. Ayer sus profesores los agasajaron. Los estudiantes realizan talleres de panadería y huerta, entre otros. Cuando la educación se transforma en contención y familia.
Fue un día atípico en la Escuela Taller Nº 1 Harold Andrés Fores. Lindante a la Escuela Especial Tobar García, en el barrio Serantes, sus 115 alumnos aprenden oficios para una mayor inclusión con la sociedad y sus familias. Ayer los estudiantes recibieron el agasajo de sus profesores en un mensaje de promoción de la integración.
Baile, canto, juegos y ágape forjaron una jornada donde los alumnos encontraron un espacio de contención y diversión.
Allí funcionan 10 talleres que van desde carpintería, panadería, bordado, corte y confección, tejido, artesa- nías, esparcimiento y recreación, hasta kinesiología, huerta y jardinería.
La educación va más allá de enseñar cómo ejecutar oficios aprendidos. “Esta es una familia, no lo veo de otra forma. Los chicos aprenden a integrarse. Tengo una alumna sordomuda que me enseñó a mí a integrarme con lengua de señas”, contó a El Litoral Elsa Lescano, profesora del taller de costura. “La escuela es un espacio de contención porque los chicos salen de la primaria y secundaria y aquí aprenden a realizar oficios y a integrarse entre sus pares”, dijo el coordinador de la institución, Manuel Rodríguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario